miércoles, 21 de enero de 2015

Somos el producto de nuestros pensamientos


La comunicación fluye con mayor rapidez, eficacia y ahorro económico. Sin embargo, nos preguntamos de qué manera ha avanzado el hombre en esa comunicación que es la más importante: la comunicación consigo mismo.
La comunicación con los demás es importante, sin embargo, la comunicación con uno mismo es mucho más importante. ¿En qué varía el diálogo interno de un hombre hoy, con el diálogo interno de un hombre de hace 40 años, un siglo, cinco siglos? En nada. ¿Cómo es la comunicación que tenemos con nosotros mismos? ¿Cual es su contenido profundo que nos afecta en nuestra vida diaria? ¿Cuales son nuestros pensamientos dominantes o creencias?

Alguien dijo que somos el resultado de nuestras propias creencias, esto es, la forma, el puntos de vista con el que vemos el mundo. Quizá nuestros pensamientos sean derrotistas, negativos, lacerantes, egoístas, juiciosos o quizá sean pensamientos constructivos, edificantes, motivadores, de aceptación, etc. Cada quien tiene sus favoritos. Hay personas que le dedican mucho tiempo a la preocupación, otros quizá se inclinan más al enojo con ellos mismos y con los demás, otros a disminuirse y devaluarse.

Somos el producto de nuestros pensamientos dominantes. Somos el producto de esa comunicación continua que reforzamos y que algunas personas han llegado a afirmar que es hereditaria. “Mi papá se enojaba mucho y así salí yo, igualito a él”. “Mi mamá vivía preocupada por todo y así me tocó ser.” Esta es una posición  de pasividad.

El hombre ha dado pasos gigantes para mejorar su comunicación externa, ¿por qué no dar pasos gigantes para mejorar la interna? Todavía hay muchas personas que no saben que sí pueden cambiar y cancelar esos pensamientos dominantes o creencias disfuncionales que oscurecen su calidad de vida y entorpecen su fluir para que sus relaciones en casa, en la oficina y en la sociedad sean más afables y flexibles.

¿Cómo se hace esto? Es necesario tener un guardia mental que esté vigilando lo que nos decimos. Cada vez que aparezca un pensamiento limitante o negativo, como por ejemplo “no llegaré con el trabajo” es importante detectarlo y desecharlo y cambiarlo por uno que nos dé energía: “llegaré a cumplir con mi trabajo si lo divido por etapas, horarios, objetivos, etc” eso nos da motivación y energía.

Otra ayuda muy importante es darle al cerebro información en positivo. El cerebro lee textualmente: No pienses en un elefante!! En qué pensaste? Seguro en un elefante.  El cerebro en muchos casos no lee el NO. De este modo pensaste elefante. Para lograr lo que nos proponíamos digamos “pensá en una vaca”.

Lo bueno de técnicas por lo positivo se observa en otro ejemplo ilustrativo: en lugar de decir “no fumes más” cambiemos por “deseo una vida sana”. El cerebro en el primer caso lee: fumar más , en el segundo caso vida sana.
Esto hay que hacerlo una y otra y otra vez. Pronto nuestra mente aprenderá a pensar en positivo y comenzará a crear un programa que podrá funcionar automáticamente. Para poder hacer esto tuvimos que enseñarle a la mente una y otra vez lo que queríamos y no lo que “no queríamos”ahora podemos producir la respuesta sin esfuerzo.
No es tarde para nadie empezar a enseñarle al cerebro nuevos caminos de comunicación que sean para beneficio propio así como para personas que buscan una evolución positiva interna. En la medida en que se dé un desarrollo positivo interno con una comunicación de calidad, las relaciones, los negocios y el estar consigo mismo resultarán más agradables y menos estresantes.

                                                    LIC. MARIA LUZ BRAMBILLA

martes, 22 de octubre de 2013

Organización del tiempo


A quien se hace a la mar sin
decidir su puerto de destino
el viento nunca le es favorable.
Montaigne

¿Qué es lo que más te importa en este mundo? Es la pregunta que Stephen R. Covey  hace en su libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.
Tal vez no estamos acostumbrados a pensar mucho en ello. Es como si tuviéramos incorporado qué es lo que más nos importa... ¡Cómo no voy a saber qué es lo que me importa en la vida!
¿Será...
Pasar más tempo con mi pareja?
Educar a mis hijos?
Progresar en mi carrera y/o trabajo?
Lograr ese ascenso?
Irme de viaje?
Tener más tiempo libre?
Terminar mis estudios?
Comprarme el auto o la casa?

Funciona en automático, tan en automático que no nos damos cuenta que no lo estamos pudiendo concretar. Entonces: Si sabes qué es lo que quieres en la vida ¿qué es lo que te impide conseguirlo?
¿Se puede o no se puede? Depende del cristal con que lo mires, depende de lo que  declares al respecto.
Lo que sí es seguro es que todo objetivo o meta debe llevar en sí mismo una de las habilidades básicas de la efectividad: la meta o el pensamiento estratégico.
Y bien... ya sabes cuál es tu objetivo, por ejemplo, el trabajo... Pero ¿y los demás aspectos de tu vida, tus hijos, tu descanso, la organización de tu hogar, tus amistades, el deporte, tu salud?
Para que tu accionar sea efectivo en el logro de tu meta debes organizarte con un plan y con la administración de tu tiempo, para que no sólo alcances “un” objetivo, sino que todos los dominios de tu vida funcionen en armonía.

En el diccionario la palabra eficaz es definida como quien produce el efecto que se espera de él. Para tener la sensación de ser eficaces, debemos previamente, fijarnos objetivos definidos en el mismo diccionario como fines que uno se propone alcanzar.
Sin objetivos ¿cómo saber si se avanza en la buena dirección? Montaigne pensaba que “El alma que no tiene ningún fin establecido, se pierde; pues, como se dice, estar en todas partes es no estar en ningún lado

A medida que pasan los años y que avanzan hacia la edad de la jubilación las personas se ponen a dudar de su valor y del de sus realizaciones. Muchos tienen la sensación de que no han tenido tiempo para hacer lo que deseaban; otros, simplemente, recién descubren qué es lo que deberían haber hecho o a qué deberían haberle dado prioridad en la vida, pero ya no les queda tiempo...

El tiempo pasa volando” (dijo el  gerente de una gran compañía)
El tiempo nunca pasa” (dijo el preso en la cárcel)

¿Quién tiene la razón? Nuevamente: depende del observador que seamos del tiempo. El tiempo es una variable a la cual nosotros le damos el valor. En sí, no existe. Los problemas aparecen cuando somos nosotros los que nos trasladamos al pasado o al futuro. En el pasado dejamos tristezas y frustraciones; en el futuro aventuramos peligros imaginarios...
“Tener” o “no tener” tiempo es un juicio (una creencia que tenemos sobre él). El tiempo es como plastilina en nuestras manos: podemos moldear cosas fabulosas con él, o podemos hacer una bola y arrojarlo a un costado.

  • ¿Qué deseas verdaderamente de la vida?
  • ¿Qué te está faltando para lograrlo?
  • ¿Cuáles son tus objetivos? ¿En qué dominios: familia, trabajo, amistades, sociales, etc? ¿Qué resultados quieres alcanzar y en qué plazos?

Teniendo como faro los objetivos prioritarios que te has marcado, diseñarás tu actividad diaria y las acciones futuras. Debes diferenciar objetivos a corto, medio y largo plazo: cuanta más coherencia haya entre los objetivos a corto y a largo plazo mejores resultados obtendrás.

Lic. María Luz Brambilla


sábado, 15 de junio de 2013

EL TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD


Clasificación


Los intentos por establecer una clasificación chocan con un gran número de dificultades, como la misma definición de personalidad normal o la gran cantidad de trastornos descritos, que llegan a 810 trastornos diferentes según Fournier. La poca validez practica de las múltiples teorías sobre la personalidad, la ego sintonía del paciente (el sujeto ve como normal su manera de ser), la dispersa valía de los instrumentos diagnósticos y la gran comorbilidad entre unos y otros trastornos de la personalidad, así como la también importante comorbilidad de estos con otros trastornos psiquiátricos y con situaciones adaptativas y reactivas que dificultan aún más esta tarea, no siendo desdeñable la influencia de algunos autores que niegan la existencia clínica de estos trastornos.
De cualquier forma, en el campo de la Psicología el método más utilizado ha sido la clasificación dimensional de la personalidad, habiéndose estudiado múltiples modelos como los de Eysenck y Millon o los que miden cuestionarios factoriales como el 16PF o las dimensiones clínicas que mide el MMPI.
En el seno de la Psiquiatría, el método de clasificación más generalizado en los últimos años ha sido un modelo categorial basado en conjuntos de criterios específicos y explícitos. Dentro de estas clasificaciones se encuentran los actuales DSM IV y CIE 10 a las que se pueden hacer múltiples críticas ya que pueden generar confusión, son pobres respecto a la descripción psicopatológica de los cuadros, pero es innegable que han servido para tener un lenguaje común y ser la base de partida para un desarrollo en la investigación de los trastornos de la personalidad.
Sin que sean en sentido estricto clasificaciones también pueden servir como tales los diferentes modelos que plantean Kernberg, Gray y Cloninger.

Etiopatogenia


Dentro de las causas que generan los trastornos de la personalidad se imbrican una serie de factores y variables biopsicosociales que se pueden agrupar en distintos apartados según las diferentes teorías y estudios realizados, si bien es evidente que no hay una única interpretación para justificar o explicar el origen o la causa de un determinado trastorno de personalidad en un paciente concreto y que es la suma de las múltiples variables (más de 2.000 según algunos autores) la que determina la patoplastia concreta de ese cuadro en esa persona.

Factores Genéticos:


Según los datos daneses de adopción, se vio que los padres adoptivos de niños que desarrollan posteriormente trastornos de la personalidad tenían un 7% de psicopatía, porcentaje similar al de la población general, mientras que un 14% de los padres biológicos de dichos niños tenían trastornos de la personalidad.
Otra evidencia de la importancia de los factores genéticos son las investigaciones realizadas con 15.000 pares de gemelos norteamericanos. Entre los gemelos univitelinos, la concordancia para los trastornos de la personalidad fue varias veces más elevada que entre los bivitelinos. Además, según uno de los estudios, los gemelos univitelinos criados por separado eran muy parecidos a los gemelos univitelinos criados juntos. Las similitudes se encontraban en múltiples medidas de personalidad y temperamento, intereses en el tiempo libre y en los trabajos, así como, actitudes sociales.

Factores Biológicos:


Quizá sea este el apartado que más se está investigando en la actualidad arrebatando la tradicional preponderancia que hasta ahora tenían los factores psicológicos en la génesis de los trastornos de la personalidad, si bien no existen todavía conclusiones definitivas. Son conocidas las alteraciones electroencefalográficas que aparecen en muchos pacientes con trastorno de la personalidad y que fundamentalmente se basan en ondas lentas en zonas frontales y posteriores.
Los estudios con datos sobre la lenta maduración cortical y las imágenes celébrales de dilatación ventricular abundan en el tema.
El estudio de la función de los neurotransmisores es el que mayor desarrollo esta teniendo en nuestros idas, la eficacia de algunos fármacos unido a las investigaciones de Gray, Siever y Coccaro, entre otros, hace que esta línea de investigación sea altamente prometedora.
Siguiendo un reciente trabajo de J.L. Carrasco en el que expone una serie de indicadores biológicos que permiten agrupar los rasgos de personalidad en distintos grupos y su consecuente correlato clínico.
Así pues el déficit de actividad dopaminergica frontal seria el indicador biológico del rasgo cognitivo de la personalidad siendo su afectación clínica los trastornos esquizoide, esquizotipico, limite y antisocial.
La disminución del arousal (activación cerebral), la disminución MAO plaquetaria y las alteraciones de los metabolitos de la noradrenalina darían un indicador biológico del rasgo exploratorio de la personalidad, siendo su correlato clínico los trastornos limite, histriónico, antisocial y el trastorno por hiperactividad y déficit de atención que como ya sabemos es frecuente encontrarlo en la infancia de muchos sujetos que posteriormente padecen un trastorno de la personalidad.
El indicador biológico del rasgo afectivo de la personalidad vendría dado por la hiperactividad colinergica, la hiperactividad noradrenergica y la hipoactividad serotoninergica siendo su afectación clínica los trastornos histriónico y límite de la personalidad.
En lo que respecta al rasgo impulsivo de la personalidad se debería a una hipoactividad serotoninergica, a alteraciones epileptiformes y a una hiperactividad dopaminergica subcortical, siendo la afectación clínica los trastornos limite, histriónico y antisocial de la personalidad e incluiría el trastorno explosivo intermitente y otros trastornos del control de impulsos, que tan frecuentemente aparecen conviviendo con las alteraciones de la personalidad.
Por ultimo el indicador biológico del rasgo ansioso de la personalidad seria la hiperactividad del receptor serotoninergico postsinaptico presentándose en los trastornos ansiosos de la personalidad como son el de evitación, el de dependencia y el obsesivo-compulsivo.

Factores Psicológicos:


Se podrían explicar desde la perspectiva del aprendizaje al modelado conductual que sobre el niño ejercerían modelos que ocasionarían trastornos de la personalidad. Desde una visión cognitivista y la influencia en nuestra personalidad de las denominadas cogniciones, el procesamiento de la información los esquemas y las reglas personales, los procesos interpersonales, etc.
Desde la teoría psicoanalítica el estudio de los llamados mecanismos de defensa que son los procesos mentales inconscientes que el yo utiliza para resolver sus conflictos y que habitualmente son la fantasía, la disociación, la negación, el aislamiento, la proyección, la escisión, la agresión pasiva, el acting out, y la identificación proyectiva.

Factores Socioambientales:


Son muchos los estudios que hablan de la importancia del ambiente en estos sujetos. sin embargo, Vaillant encontró poca correlación entre un medio socioambiental malo y el uso de mecanismos de defensa inmaduros y el presentar un trastorno de la personalidad en la etapa adulta.
Últimamente el autor canadiense Joel Paris esta recuperando las teorías ambientalistas y la influencia de factores como la educación, los modelos parentales, el ambiente familiar y las pequeñas y/o grandes influencias que tiene el entorno que nos rodea.
La comorbilidad que presentan los trastornos de la personalidad con el consumo de drogas y las conductas adictivas es un tema que esta cobrando gran importancia y que trataremos más adelante.


viernes, 7 de junio de 2013

El trato con personas difíciles

En cualquier organización de la que usted forme parte o en cualquier trabajo que usted haga, tarde o temprano encontrará personas difíciles.

Las personas más problemáticas con las que hay que tratar con frecuencia no son personas “de afuera” sino que se encuentran dentro de su propia organización.

De todos modos, la mejor forma de tratar con personas difíciles es acercarse a ellas profesionalmente y no en una esfera personal.

Ser profesional quiere decir mantener la atención sobre los asuntos que se discuten y lejos de sí mismo.

El trato con personas difíciles


“Este trabajo sería maravilloso si no fuera por las personas difiíciles”. Si alguna vez se ha hecho eco de las palabras anteriores no es el único. El trato con los demás es la mayor causa de frustración para la mayoría de las personas. Las complicaciones “con los demás” surgen en muchas formas diferentes. Por ejemplo:

“Me siento frustrado de que se me culpe por cosas sobre las que no tengo control. Los clientes me hablan como si yo fuera el causante del problema, cuando les hago ver que no tengo nada que ver con ello, no lo entienden así. Sólo se enfurecen, pero yo no puedo hacer nada”

“Aquí nadie coopera. Por eso es que no podemos cumplir con la fecha fijada. Son las personas dentro de nuestra organización las que causan problemas y después yo me las tengo que arreglar con el cliente. Cuando les pido soluciones, no contestan sus teléfonos o tengo que llamarlos cinco veces para obtener una respuesta y, por lo general, es errónea. Si alguna vez la gente dentro de la organización se pusiera de acuerdo, yo no tendría problemas en hacer mi trabajo”.

¿Le suena familiares estas frases?

Si lleva trabajando algunos meses, es probable que pueda dar ejemplos parecidos. Cada día, personas como usted tienen que luchar con estas frustraciones (u otras parecidas). Los ejemplos descriptos anteriormente son difíciles y con frecuencia, injustos. Sin embargo, son muy comunes.

Cada uno de nosotros enfrenta frustraciones y exigencias cada vez que interactuamos regularmente con esas criaturas que siempre son tan complicadas, y a las que llamamos “la gente”.  Pero culpar a su trabajo actual da poco resultado. La realidad es clara. No importa en qué organización o trabajo esté usted hoy, normalmente tropezará con personas difíciles. Mejor será que desarrolle sus propias herramientas para tratar con ellas.

Veremos estas herramientas a continuación.
  •  El secreto: hágalo en forma profesional y no personal


El secreto para solucionar la mayoría de los problemas con la gente es sencillo, pero no fácil. Es como si se le dijera a alguien “ama a tu prójimo”, que es más fácil de decir que de hacer. Pero cuando usted aprende a separar sus sentimientos personales de los profesionales, las recompensas son grandes.

¿Recuerda alguna situación en la que tomó las cosas en forma personal y no profesionalmente? Quizás perdió sus estribos y dijo cosas que luego tuvo que lamentar. Quizás se sintió herido y maltratado y perdió su concentración, sus energías y esto le ocasionó estrés. Tal vez se puso a la defensiva que también  conduce a los mismos resultados negativos.

Ejercicio: Un caso personal

1) Piense en una situación en las que usted tomó las cosas personalmente y luego descríbala en el espacio provisto más abajo.


2)¿Cuáles fueron las causas específicas?

3)¿Qué personas se involucraron?

4)¿Qué se dijo?

5)¿Cuáles fueron las circunstancias?

6)¿Qué duración tuvo la interacción?

Ejercicio


Revise la situación descripta en el ejercicio anterior. Luego determine el costo posible por haber tomado la situación en forma personal. Verifique cualquiera de los siguientes resultados aplicables.
“Por tomar las cosas personalmente sentí”:
 Que era culpable.
 Que mi concentración se interrumpía.
Que dañaba una relación.
Que aminoraba el trabajo en grupo.
Que aumentaba mi estrés negativo.
Que no lograba mis propósitos comerciales.


Cuando se toman las cosas personalmente puede herirse usted mismo y puede herir a los demás. Enfrentar una situación en forma profesional da buenos resultados para todos.

Para ayudarlo a evitar situaciones personales costosas, aprenda a escucharse as í mismo. Practicándolo, aprenderá a reconocer cuándo está tomando las cosas desde un punto de vista personal.  El siguiente ejercicio podrá ayudarlo.

Ejercicio: Preste atención a estas señales

Esté al tanto de las siguientes frases. Éstas son como luces que le advierten que está comenzando a tomar las cosas desde un punto de vista personal.

1.      “¿Cómo se puede trabajar así cuando los demás son unos inoperantes?”
2.      “¡Usted no conoce la gente con la que tengo que trabajar!”
3.      “¡No es tan fácil hacerlo!”
4.      “¿Sabe lo que él/ella dijo?”
5.      “Yo nunca podré...”
6.      “Tal vez no sirvo para esto...”
7.      “Ellos ni siquiera...”
8.      “Yo no tengo que...”
9.      “Ellos nunca...”
10.  “Ellos siempre...”
11.  “¡Nadie aprecia lo que hago!”
12.  “¡No me pagan lo suficiente para tomar las cosas profesionalmente!”
13.  “¡No tengo tiempo para andar pensando si es personal o profesional!”

Si alguna vez se oye diciendo alguna de estas frases la respuesta está clara. Usted puede disminuir las tensiones aprendiendo a ver las cosas profesionalmente.

Enfoque cuál es el problema 


Cuando surge un problema siempre está determinado por diferentes variables que pueden ser originadas por negocios o por cuestiones personales. Por ejemplo, un cliente reclama por un error o un retardo en un servicio. Allí, el problema es sólo de negocios, pero si a eso se suma que el cliente intentó varias veces el reclamo o tuvo inconvenientes personales (familiares, afectivos, etc.) cuando llegue a usted llegará sobrecargado.

Por otro lado, dentro de la organización también se mezclan problemas inherentes al trabajo con problemas personales. Recuerde que una empresa está conformada por personas y, como hemos visto en la primera parte de este curso, operan diferentes aspectos de la conducta (las 6 partes de la conducta).

Para que usted logre una conducta profesional debe enfocar el problema, pero sin dejar de lado el lado humano de la relación.

Por ejemplo, suponga que el cliente ha estado tratando de que lo atienda rápido cuando usted está atendiendo otra persona que llegó antes que él. El cliente le dice:

¡Me pidieron que esperara cinco minutos! Creo que esto es dar muy mal servicio, si usted es tan lento nunca va a terminar de atenderme.

Usted podría decir:

Estoy de acuerdo, cinco minutos es mucho tiempo.

¿Qué se logró con esta respuesta? Atender el lado humano dándole a entender al cliente que a usted le preocupa. Por otro lado, usted evitó el tema del servicio (el retraso, poco personal para atender mucha gente) y el tema personal (la crítica hacia usted), sin embargo, estuvo de acuerdo conque es mucho tiempo para el cliente. Enseguida debe llevarlos al plano de negocio (enfocar) y ofrecerle opciones o alternativas, por ejemplo:

“Luego de atender a esta persona me ocuparé de usted, pero si lo prefiere, mi compañero/a lo seguirá atendiendo ahora mismo y así evitará más demoras.

Otra técnica para mantener el enfoque sobre el tema


Cuando se enfrente con una persona difícil dése a sí mismo otra perspectiva. Mantenga el enfoque lejos de usted y sobre el tema  que se esté tratando.

Por ejemplo:

En lugar de decirse a sí mismo                                      Diga

“Me está acusando de haberme                             “¿Qué podemos hacer para resolver
equivocado”.                                                               esta situación?”


“¡Ella no puede hablarme                                       “¿Podría decirme qué es necesario           
   de esa forma!”                                                         hacer?”


“¡Usted tampoco es perfecto!”                                      “Esta no es la clase de servicio que
“¡También se equivoca!”                                            queremos dar. ¿Podría decirme
                                                                                  cómo corregir esta situación?”

Aprenda a preguntar a su cliente ¡Y a usted mismo! Sobre la creencia que opera bajo el problema. Por ejemplo:

Usted piensa que el cliente “lo está acusando a usted”. Para poner en claro cuál es el problema (EN REALIDAD ES EL SERVICIO Y NO USTED) hágale preguntas que comiencen con:
¿Qué cosa específicamente necesita para...?
¿Cómo podríamos...?
“Centrémonos en el error y no en quién tiene la culpa. De esta forma podríamos solucionarlo más rápidamente”

 Errores


Cuando un cliente siente que se ha cometido un error, con frecuencia está conectado con el servicio básico o con el producto.  Sin embargo, usted es el que se tiene que enfrentar con los sentimientos fuertes del cliente.

Siempre deseamos dar la impresión que nuestro equipo de trabajo y el de la organización para la que trabajamos son perfectos y que no cometemos errores. Querer aparecer “perfectos” viene de nuestra parte Controladora. Defendernos de errores y disculparnos por ellos viene de nuestra parte Adaptable.

Pero  hay que buscar un equilibrio entre nuestra parte Controladora y nuestra parte Adaptable.  Debido a que es humanamente imposible ser perfecto, aceptar sus propias imperfecciones, las de su equipo de trabajo y las de la organización, es realista.  Además es reconfortante para los clientes.  Si usted se esconde detrás de la máscara de la perfección (parte Controladora) los clientes pueden sentirse frustrados.  Ellos saben que se pueden cometer errores (y quizás ya se han cometido) y se preguntan qué otras “torpezas” estarán escondiendo.

Decir ocasionalmente que lo siente es valioso y le indica al cliente que usted está consciente de la falta.

Sin embargo, utilizar las palabras “lo siento” con demasiada frecuencia durante la conversación pone de manifiesto nuestra parte Adaptable y no es una forma productiva para interactuar con los clientes.

Lo importante es que reconozca el error, que lo corrija y que siga adelante.  Replantear el error es una oportunidad para reinvindicarse con el cliente y crear una  relación positiva con el cliente.

Siempre que se cometa un error usted debe inmediatamente centrarse en una solución o en alternativas para ofrecer al cliente.

Nunca debe quedarse en la disculpa o trasladar la responsabilidad a otro/s compañero/s o a la organización.

Cuando tiene al cliente adelante (en forma personal o telefónicamente) reclamando por un error, usted debe tomar la responsabilidad de “hacerse cargo”.


Un paso adicional o “Dar más de sí”

Además, algunos equipos de trabajo u organizaciones deciden “dar más de si” (alguna señal visible de disculpa) cuando se comete algún error. Puede ser enviando al cliente una carta de disculpa o una llamada personal, para que se convierta en una experiencia memorable y positiva para el cliente. Las organizaciones que “dan más de sí” se dan cuenta que los errores pueden convertirse en oportunidades para demostrar ese interés. Cuando se hayan reivindicado adecuadamente, los clientes se sentirán contentos con usted, con su equipo de trabajo y con su organización.


Si se da cuenta que necesita hacer mucho más para reivindicarse, quizás  haya que examinar la parte básica del servicio/producto. Usted puede ayudar a la situación personalmente con sus respuestas a nivel humano, pero en estos casos en que hay errores que se repiten una y otra vez, el asunto de la calidad del producto/servicio básico debe ser atendido.

Lic. Maria Luz Brambilla

miércoles, 22 de mayo de 2013

Tomar decisiones


Cuando Walt Disney pensaba si merecía la pena o no producir la película Blancanieves se enfrentaba a un gran riesgo. Nadie había realizado un largometraje con dibujos animados y mucha gente pensaba que sería un gran fracaso; los detractores de la idea afirmaban que no había nadie en el mundo capaz de permanecer sentado durante 90 minutos frente a una pantalla mirando dibujos animados. 

Por otro lado, el costo de la producción era tan elevado que de haber fracasado probablemente hubiese significado el fin de los estudios Disney. 

El riesgo era importante, pero al resultar un éxito a escala mundial, los beneficios fueron igualmente espectaculares y a nadie le cabe duda de que mereció la pena asumir ese riesgo.


Es evidente que a la hora de calibrar lo mejor y lo peor que podría ocurrir al tomar una decisión es indispensable conocer las probabilidades de que una u otra cosa se den. Si el riesgo es elevado pero es poco probable que se confirme, no hay razón para descartar esa opción. 
Por otro lado, las ventajas son importantes y todo parece indicar que podrían darse, la opción ganará puntos. Sin embargo, si los beneficios que podrías extraer de esa alternativa no compensa el peligro que implica, la opción no será tan interesante. 

Valorá las probabilidades de que se dé una u otra situación y apuntalo en tus notas. De todos modos, recordá que se trata sólo de una apreciación. Puntúa cada situación de uno a diez o por medio de un porcentaje para que te resulte más sencillo ver el peso de lo bueno y de lo malo. 

Tené en cuenta que la suma de ambos no debe ser el cien por cien. Una de las dos situaciones debe pesar más. Por otro lado, si has decidido que las probabilidades de que surja la peor de las situaciones es de un diez por ciento y la mejor, de un veinte por ciento, es de esperar que no se den ni la una ni la otra.Una vez calibrados los riesgos, las ventajas y la probabilidad de que se den unas u otras, podrás analizar la opción en sí. 

Al final de la valoración de riesgos habrás desestimado varias de las opciones disponibles:
  • Aquellas que implican un riesgo elevado y unas ventajas reducidas.
  • Aquellas en las que el riesgo potencial es injustificable como, por ejemplo, cuando podría suponer daños o problemas a terceros.
  • Aquellas en las que la probabilidad de que ocurra lo peor es bastante mayor que la de que se dé lo mejor.
Estas valoraciones te permitirán tomar una decisión con más fundamento y que te lleve a resultados más exitosos.
Lic. María Luz Brambilla

El liderazgo personal


Ejercer el liderazgo personal es la clave de nuestra libertad, ya que con el liderazgo tomamos decisiones por nosotros mismos e incrementamos la capacidad de decisión de cada persona. 

Una persona es más libre cuantas más decisiones importantes toma pero lo que da sentido es el liderazgo.

Ejercer el liderazgo personal nos ayuda a no de
jarnos llevar por las presiones de la publicidad, de la sociedad, de nuestros impulsos... Aprender a dirigir nuestra vida es un proceso que no se acaba nunca. 

El liderazgo personal es un rol que todos desarrollamos de una manera u otra. Incluye, por ejemplo:
  • Saber lo que queremos. "¿Qué quiero realmente para mí?" es la pregunta clave. Es conveniente aclarar la esencia de lo que queremos: podemos querer un coche, un piso, etc, pero sabiendo qué función realizará en nuestra vida, el uso que haremos de él, las necesidades que cubre y sus características.
  • Aclarar lo que nos motiva, nuestras expectativas, nuestras intenciones.Nuestros deseos pueden ser confusos, contradictorios, ambiguos o implícitos (no conscientes). Nuestras intenciones marcan el camino que seguiremos, son como direcciones que seguimos y a las cuales debemos dedicar tiempo y energía. Las direcciones que tomamos en nuestra vida pueden cambiar con el tiempo, por ello, es aconsejable reconocer a tiempo las necesidades de cambio.
  • "No hay ningún viento favorable para aquel que no sabe a qué puerto se dirige", Schopenhauer.
    Aclarar por qué hacemos lo que hacemos. ¿Por qué hacemos una cosa y no otra? Establecer un por qué nos ayuda a dar un SIGNIFICADO a nuestros actos. Más que reflexionar sobre el sentido de la vida debemos dar un sentido a la vida nosotros mismos.
La clave de conducir está en no desviarte de tu camino. Aprender a ejercer la voluntad de seguir una determinada dirección y automotivarnos a seguirla es tan importante como escogerla.


Una vez que sabemos lo que queremos hay que escoger un orden de prioridades. Lo primero debe ser lo primero, si conocemos lo que es esencial conoceremos lo que es superfluo. "Lo superfluo no debe pasar por encima de lo esencial", dijo Goethe.
Lic. María Luz Brambilla

Mi vida no tiene sentido


Cuando la vida carece de sentido, la persona tiene problemas de sueño (duerme mucho o no puede dormir), pierde o aumenta su apetito, desea estar todo el dia en la cama o sin salir, no tiene interés por nada o casi nada, descuida su aseo o cuidado personal, estamos hablando de un cuadro de depresión. La depresión es una de las patologías más comunes en la actualidad y una de las más enmascaradas.

Muchas personas que padecen esta enfermedad son tildados de "desanimados", "tristes" o "apáticos", o bien, son alentados por su entorno a que "pongan voluntad para hacer cosas". Sin embargo, esta forma de considerarlos y de tratarse a sí mismos es contraproducente, ya que no permite que la persona reciba ayuda. Lo grave es que muchas de estas personas dan un próximo paso que es la autodestrucción, ya sea por suicidio o mediante formas de vida insanas.

La depresión es definida por la persona que la padece como que lleva "una existencia sin sentido", que no tiene calidad de vida. Es por ello que una de las indicaciones terapéuticas es la de ayudarle a encontrar la vía por la cual dirigir sus energías hacia el logro de una trascendencia social cuyo resultado sea la satisfacción personal. Claro está, el sentido de la vida no es algo común para todos los individuos, es personal, porque lo que me lo da a mí no lo dará a mi pareja o a mis hijos. Así, lo primero que se trabaja en terapia es preguntarle al paciente cuál es su mejor atributo, su mejor cualidad, en qué aspecto es realmente bueno. Y de eso no es difícil darse cuenta. Muchas personas a lo mejor lo buscan porque es buen conversador o sabe arreglar bien los cabellos o explicar bien las cosas para que otros la entiendan, o sabe de mecánica o de computación, hace unos dulces exquisitos, cose muy bien,o escribe de manera impecable...

Una vez que se identifican atributos se pasa a focalizar las energías en desarrollarlo, pulirlo, potenciarlo y aplicarlo a la vida real. Por ejemplo, si la persona descubre que es buena con la peluquería, si es creativa y le gusta inventar cortes o peinados, estar al tanto de lo que se hace en otros lugares dentro y fuera de su país, de la última moda; puede sugerírsele el estudio y/o ejercicio del oficio. Y si no desea ponerse metas tan ambiciosas, al menos puede conocer qué están haciendo los peluqueros de su ciudad y tratar de hacerlo, al menos igual, con sus amigas o su entorno.

 Se trabaja mucho con el refuerzo de la autoestima y la dedicación personal y el amor con que haga lo suyo. Cuando empiece a notar que arreglar los cabellos a las personas dejó de ser un trabajo y ya es otra cosa, no ajena a sí mismo, sino que es parte suya como lo puede ser un lunar o las canas, entonces, estará en el momento adecuado para empezar a dedicarle todo el tiempo de su vida, pues le está brindando un sentido a su existencia.

Otras veces no hay que descubrirse atributo alguno, ni competir con nadie. Simplemente se le motiva a mirar a su alrededor y que trate de encontrar la persona más necesitada de él, por ejemplo, su abuela, su pequeño hijo, su esposa, su esposo, etc, y todo lo que el paciente puede brindarle a esa persona (construir redes afectivas).

Al parecer, para algunos no hay nada que los entusiasme, y en esos momentos tal vez un animal afectivo pueda lograrlo. Hemos encontrado en nuestra práctica profesional sujetos que viven solos, sin pareja ni hijos, muy tristes, y junto con el tratamiento psicofarmacológico, se les ha sugerido criar un animal de compañía al cual brindar afecto y atención y así han encontrado una razón para vivir.

El objetivo básico de la terapia para la depresión es lograr identificar cuál es el déficit del paciente en sus relaciones interpersonales y, una vez descubierto, direccionar los esfuerzos para re-elaborar esa inserción, esa relación a través del trabajo con creencias y tareas programadas. La interconsulta con psiquiatría siempre es bienvenida.
Lic. María Luz Brambilla